EL ACUERDO de pensiones que se firmó en verano es un gran paso para romper con la mentalidad derrotista sobre las condiciones en que viviremos nuestro futuro y para hacerle un pulso al neoliberalismo y a la austeridad. Un acuerdo que ha sido fruto de años de lucha desde el sindicalismo de clase, los movimientos sociales y la izquierda transformadora para derogar la reforma de 2013 y que ha conseguido poner en el centro la necesidad de asegurar el futuro del sistema público de pensiones.